Los
huesos son duros, resistentes que sirven de sostén a los músculos que los
rodean.
Pueden
presentarse como elementos protectores o como elementos articulares.
El
esqueleto está constituido por una serie de piezas óseas cuyo conjunto forma la
columna vertebral o raquis, que constituye el eje vertical del esqueleto. Su
parte superior sostiene el cráneo.
En
su extremo inferior las vértebras se sueldan formando el sacro y el cóccix.
El
esqueleto axial presenta en su interior una cavidad donde se aloja el sistema
nervioso central, con las raíces espinales y sus envolturas.
En
la parte media de la columna nos encontramos con doce pares de costillas,
articuladas con el esternón por medio de los cartílagos costales. Dos costillas
quedan libres. Son las costillas flotantes. El conjunto de columna, costillas,
cartílagos y esternón forman el tórax. Los coxales, el sacro y el cóccix forman
la cavidad pelviana.
El
miembro superior comprende el brazo (húmero), antebrazo (radio y cúbito) y la
mano (huesos del carpo, metacarpos y falanges).
El
miembro inferior lo forman el muslo (fémur), la pierna (tibia y peroné) y el
pie (tarsos metatarsos y falanges).
El
hueso hioides no tiene ninguna conexión con el esqueleto.
Por
lo general un adulto tiene 208 huesos sin contar con los craneales.
Los
huesos se presentan en 3 formas principalmente: huesos largos, huesos cortos y
huesos planos.
Huesos
largos
Predomina
la longitud sobre el grosor. Constan de cuerpo o diáfisis y de dos extremos o
epífisis.
Huesos
cortos
De
forma variable, cuboidea, se encuentran en el carpo, el tarso…
Huesos
planos
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